Las memorias de un guerrero de la libertad
Hirám González, uno de los fundadores del Movimiento 20 de Noviembre,
está publicando un libro sobre sus experiencias. Entre sus historias
cómo Gonzalez logró escaparse de prisión vestido de mujer.
Melissa Sanchez
msanchez@elnuevoherald.com
Hiram González dijo que nunca quiso escribir su historia personal.
"La verdad, no me gusta hablar de mí", dijo González, uno de los
fundadores del Movimiento Revolucionario 30 de Noviembre-Frank País. "No
soy un hombre valiente. Yo todo lo que hice lo hice muerto de miedo. Era
de jovencito, una persona muy tímida".
Sin embargo, hace 10 años empezó a escribir su historia que cuenta cómo
un tímido estudiante universitario se unió a los grupos de acción contra
la dictadura de Fulgencio Batista para terminar sintiéndose defraudado
por la revolución de Fidel Castro. Ganó fama en esa época como maestro
de la fuga, escapándose de la prisión La Cabaña vestido de mujer.
Dejó el libro a un lado por varios años antes de decidir terminarlo,
motivado por el temor de que se perdieran estas historias de acción.
"Nuestra generación se está muriendo y estas historias no se dicen",
dijo González, de 74 años. "La libertad se va lograr con acciones en la
calle".
Su obra de más de 370 páginas, Mi Lucha por la Libertad: Recuerdos de
una época heroica, se publicará dentro de las próximas semanas. Una
porción de lo recaudado irá al Movimiento Revolucionario 30 de
Noviembre, un grupo anticastrista cuyo nombre reconoce el levantamiento
popular de 1956 organizado por Frank País en Santiago de Cuba.
En su libro, González describe cómo fue detenido y torturado por la
policía durante los días de la lucha estudiantil contra Batista. Luego
de ser liberado, González se unió a los guerrilleros en la Sierra
Maestra. En 1959, tras el triunfo de la revolución, fue nombrado
director de una revista del ejército. Sin embargo, renunció al cargo
meses después, tras una polémica por haber escrito un editorial crítico
de la invasión soviética a Hungría en 1956. A partir de entonces comenzó
a darse cuenta de que no estaba de acuerdo con la ideología del nuevo
gobierno.
"Ser un revolucionario para poner tus ideas por encima del pueblo no es
ser revolucionario: eso es una dictadura", consideró González.
Poco después estableció el Movimiento Revolucionario 30 de Noviembre en
conjunto con David Salvador. Agustín País, el único hermano
sobreviviente de País, se unió al movimiento. Los miembros se
consideraban rebeldes que ponían bombas en lugares públicos para
demostrar que había oposición a Castro
"Si luchamos contra Batista hay que luchar contra el comunismo que tiene
cara de Fidel", dijo González. "El hombre tiene derecho a rebelarse
[...]. Nosotros no éramos asaltantes de bancos ni ladrones. Eramos
estudiantes y éramos violentos por la necesidad, por nuestros principios".
En diciembre de 1960 fue arrestado tras la ocupación de una fábrica
clandestina de bombas en San Lázaro. Encarcelado por 10 meses en La
Cañada, González pensaba diariamente en cómo se iba escapar. Finalmente,
se fugó vestido de mujer.
"Tenía una peluca malísima, y me hice una saya de una sábana", recordó
González.
La libertad duró poco. Fue arrestado 48 horas después. Su próxima fuga
se realizó con una pistola de papel, reveló González.
A finales de 1961, buscó refugio en la embajada uruguaya, donde
permaneció hasta junio de 1963 cuando consiguió un salvoconducto para
Estados Unidos.
"En vez de estar alegre me sentí triste", dijo González, quien jamás
volvió a poner pie en la isla. "Dejaba a mis hermanos presos, algunos
por 10 o 20 años. No podían tener hijos, no podían tener familias".
En Miami, González continuó organizando acciones del Movimiento
Revolucionario 30 de Noviembre contra el gobierno castrista. Pidió al
gobierno estadounidense ayuda en armas. Sin embargo, nunca quiso
trabajar directamente para la Agencia Central de Inteligencia (CIA).
"Me arrepiento de que no me dieron las armas suficientes para regresar",
comentó.
González dijo que acepta la realidad de que quizás Cuba no será libre
antes de que muera. Sin embargo, está optimista de que una
transformación llegará.
"Cuba será libre porque siempre los pueblos se liberan de la opresión",
comentó. "No podemos decir al pueblo cubano que cojan las armas, pero es
un derecho cogerlas. Cada generación tiene sus propias medicinas y que
ellos apliquen las medicinas que ellos consideren con el tiempo".
Agregó: "La libertad cuesta cara, y hay que pagarla por su precio. Y el
que no quiere pagar el precio no merece ser libre".
http://www.elnuevoherald.com/2012/01/06/1097422/las-memorias-de-un-guerrero-de.html
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