Las religiones en Cuba se fueron a Presidio
[25-12-2015 00:26:35]
Pedro Corzo
Escritor, Periodista y Editor
(www.miscelaneasdecuba.net).- La descristianización de Cuba fue parte de
un plan magistral del castrismo que tenía como objetivo destruir los
valores fundamentales de la nación cubana para poder establecer un
régimen a su imagen y semejanza, ilusión magna de cualquier caudillo
mesiánico.
Las primeras víctimas de la agresión a las religiones fueron las
iglesias, sacerdotes y creyentes, pero el objetivo era el pueblo,
quebrar sus bases morales y éticas para imponer un nuevo pacto social
con un solo acreedor, el gobierno, encarnado por Fidel Castro.
La nueva religión, la revolución, tenía que ser acatada con devoción
ciega. El naciente Dios, Fidel, era omnipresente y omnisapiente. Todo
lo podía y conocía. Sus bendiciones eran rápidas y concretas, pero su
furia vengadora se mostraba implacable cuando los mandatos no eran
acatados.
Las religiones y sus cultos fueron execrados. Las fiestas religiosas
abolidas, en particular aquellas que el pueblo había incorporado a su
consciente colectivo, como la Semana Santa y las Navidades.
La Semana Santa fue transformada en la Semana de Girón. El faraón en una
de sus habituales diatribas determinó que fuera una semana proletaria,
de trabajo, sin feriados y expresó, 1965, " la haremos coincidir con
esa fecha tradicional de la Semana Santa, así que cambiara de fecha
según las disposiciones del Santo Padre de Roma".
Las Navidades eran otro enemigo clave del proyecto. En otra perorata,
diciembre de 1969, dispuso que terminaran esas fiestas porque afectaba
la economía nacional, el mismo pretexto usado para la ya desaparecida
Semana Santa.
Celebrarlas no era políticamente correcto. No había sanción expresa para
quien lo hiciera, pero el individuo y su familia incurrían en el pecado
de herejía al no respetar un fundamento de la secta en el poder. Siempre
hubo personas que las respetaron y honraron, pero fue una honorable
minoría, la población mayoritariamente se sumó a la multitud que "no
quería buscarse problemas".
En la década del 60 las Navidades y la Semana Santa fueron expulsadas
del calendario oficial. El miedo dejó de ser predio exclusivo del pensar
y actuar político, para apoderarse también de la fe, del espíritu y la
esperanza del ciudadano y la sociedad.
Solo las mujeres y hombres libres encarcelados observaban sin temor los
fundamentos de su fe. Celebraban por igual la Semana Santa y la
Navidad. Cumplían con fervor las tradiciones religiosas, incluida el Día
de la Caridad del Cobre.
En presidio las fechas religiosas eran observadas por los creyentes, la
minoría de prisioneros sin convicciones religiosas admiraban la
dedicación de aquellas personas que bajo una represión continua y una
miseria material extrema, se procuraban los recursos necesarios para
cumplir la liturgia de cada fecha.
Ángel de Fana, inspirador de este trabajo recuerda que tanto católicos
como evangélicos siempre observaron las fechas religiosas. Señala que
estas labores eran fundamentalmente organizadas, entre otras, por
entidades como la Juventud Obrera Católica y la Acción Católica
Universitaria, pero que las actividades religiosas cobraron una mayor
relevancia cuando arribó a presidio el padre Miguel Ángel Loredo porque
este trajo consigo una visión ecuménica, consecuencia del Concilio
Vaticano II. Recuerda que se hacían misas cuando entre los presos había
un sacerdote y de no ser, así se realizaba una paraliturgia.
Ana María Rojas, fue una de las presas que en Guanajay y en otras
cárceles de mujeres conmemoraban las fechas santas, aunque la represión
de los carceleros era una amenaza contante de la que había que
protegerse. Entre todas conseguían objetos útiles para las ceremonias y
destaca que Polita Grau organizaba el coro de las reclusas. Dice con
fervor que lo que primaba en aquellas actividades era la fe, el amor y
la perseverancia y que en su momento todos esos sentimientos traerán la
libertad a los cubanos.
Alejandro Moreno Maya, "Mayita", otro de los organizadores, cuenta que
en los diferentes presidios durante meses se recababan objetos para las
celebraciones, que tenían que esconderlos de las requisas y que en
muchas ocasiones las cosas que habían conseguido con grandes esfuerzos
les eran decomisadas, y destruidas las imágenes o atributos religiosos
que con tanto esfuerzo habían elaborado, pero que esas acciones
represivas no los desanimaban y todos volvían con mayor fe y entusiasmo
a trabajar para conmemorar las fechas religiosas.
En el exilio se conserva la tradición. Muchos de aquellos prisioneros
políticos -siempre con nuevas ausencias- entonan cada año en Navidad,
los canticos que durante su juventud interpretaban en las prisiones. Se
reúnen en diferentes casas, armonizan villancicos, honran la fecha, y
evocan los duros tiempos del presidio político con orgullo y amor,
porque el compromiso con su fe, y con Cuba, habrá de inspirarles hasta
el último aliento.
Source: Las religiones en Cuba se fueron a Presidio - Misceláneas de
Cuba -
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/Article/Index/567c7f2b3a682e13847cdb4d#.Vnzj0BUrLjY
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